Óscar Figueroa, levantador de pesas colombiano, se convirtió en una figura emblemática de la superación en los Juegos Olímpicos de Río 2016, al ganar la medalla de oro en la categoría de 62 kilos.
Su carrera estuvo marcada por desafíos inmensos, desde la violencia en su natal Zaragoza hasta lesiones que casi acabaron con su trayectoria. A pesar de estos obstáculos, la determinación de Figueroa y el apoyo de entrenadores como Damaris Delgado, Jaiber Manjarrés y Oswaldo Pinilla le permitieron alcanzar su sueño olímpico.
Antes de su glorioso triunfo en Río, Figueroa enfrentó momentos difíciles, incluyendo lesiones graves y comentarios desalentadores sobre su compromiso.
Aunque sufrió contratiempos en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Pekín 2008, su resiliencia lo llevó a una destacada medalla de plata en Londres 2012, lo que avivó su esperanza de alcanzar la cima en Río 2016.
Su éxito en estos Juegos no solo destacó su fortaleza física sino también su capacidad para superar adversidades y mantenerse enfocado en sus objetivos.
El oro olímpico de Figueroa no solo representó un hito personal, sino también un logro significativo para Colombia, siendo el primer hombre del país en alcanzar esta distinción.