El presidente de Bolivia, Luis Arce, y el expresidente Evo Morales han denunciado un intento de golpe de estado en La Paz, protagonizado por unidades del Ejército.
Arce informó sobre movilizaciones irregulares de tanquetas en la Plaza Murillo, comparándola con la Plaza de Bolívar en Bogotá, mientras que Morales acusó al general Juan José Zuñiga de liderar estas acciones.
Este levantamiento antidemocrático ha generado una respuesta enérgica por parte de ambos líderes, quienes han convocado a una movilización nacional para defender la democracia y han declarado un paro general indefinido y bloqueo de caminos.
La situación se agravó cuando una tanqueta militar derribó la puerta del palacio de gobierno, marcando un claro desafío a la autoridad civil.
La crisis actual se enmarca en una relación cada vez más tensa entre Arce y Morales, antiguos aliados que ahora son opositores. Morales, inhabilitado para participar en las elecciones presidenciales de 2025, ha sido acusado por Arce de intentar un golpe blando para acortar su mandato.
La situación en Bolivia es crítica, con una crisis económica que incluye escasez de dólares y combustible, y protestas sociales que el gobierno atribuye al «evismo».
La comunidad internacional ha expresado su rechazo al golpe, con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, condenando las acciones del Ejército y mostrando su solidaridad con el gobierno democrático de Bolivia.