Las Fiestas de San Pedro en Neiva, celebradas con tradicionales cabalgatas, han sido recientemente escenario de crueles abusos contra los animales.
En un lamentable incidente, un caballo sufrió un desmayo por agotamiento y golpe de calor, mientras que una yegua, aparentemente muerta, fue arrojada al río. Estos actos reflejan la falta de consideración hacia el bienestar animal por parte de los organizadores y participantes.
A pesar de contar con permisos de la Gobernación del Huila, las cabalgatas se convirtieron en un espectáculo de maltrato y descontrol.
La responsabilidad de los organizadores fue nula, permitiendo que borrachos y maltratadores tomaran las riendas sin que las autoridades intervinieran. Esto pone en evidencia la urgente necesidad de implementar controles más estrictos y efectivos durante estos eventos.
La defensa de estas prácticas como una expresión cultural es insostenible cuando implica sufrimiento y crueldad.
El Congreso, aunque ha mostrado poco apoyo para prohibir estas actividades, debe considerar la regulación estricta de las mismas. Proteger a los animales y garantizar el orden público son imperativos que no pueden ser ignorados por la indiferencia de las autoridades.
La violencia contra los animales en estas festividades no debe ser tolerada. La sociedad exige respuestas y acciones contundentes de la Gobernación del Huila y las autoridades competentes para prevenir futuros abusos y asegurar el bienestar de los animales en eventos públicos.
¡No más violencia contra los animales!