El 28 de julio, Nicolás Maduro fue declarado ganador de las elecciones presidenciales en Venezuela con un 51,2% de los votos, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
La oposición, liderada por Edmundo González, obtuvo un 44,2% y ha rechazado los resultados, calificándolos de fraudulentos. La comunidad internacional ha reaccionado de manera diversa; mientras que China, Irán y Rusia felicitaron a Maduro, otros países como España y Estados Unidos han pedido mayor transparencia en el proceso electoral.
La victoria de Maduro refleja el control que los militares ejercen en Venezuela. Desde hace años, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha consolidado su poder no solo en el ámbito militar, sino también en sectores clave de la economía, incluyendo el petróleo y otras industrias estratégicas.
La influencia militar se extiende al control de fronteras, comercio, y negocios tanto legales como ilegales, lo que asegura su lealtad al régimen de Maduro.
La oposición y diversos analistas políticos señalan que, en realidad, quienes gobiernan Venezuela son los militares. Esta situación se ha mantenido desde la era de Hugo Chávez, quien integró a los militares en su administración y les otorgó amplios poderes.
Maduro ha continuado esta tendencia, asegurando la lealtad de la FANB mediante nombramientos estratégicos y control económico, lo que les ha permitido amasar fortunas y mantener una influencia significativa en todas las esferas del gobierno.
A pesar de los cuestionamientos sobre la legitimidad de las elecciones, la postura de los militares es clave para el futuro político de Venezuela.
Hasta el momento, la FANB ha mostrado su apoyo a Maduro y ha desestimado las denuncias de fraude, prometiendo defender la Constitución y la soberanía del país.
La estabilidad del régimen de Maduro, por tanto, parece estar garantizada por el apoyo inquebrantable de los militares, quienes continúan siendo los verdaderos actores de poder en Venezuela.
Ver vídeos en Instagram:
#cambiamoscolombia#venezuelalibre#eleccionespresidenciales#venezuela