El Mercado Común del Sur (Mercosur) fue fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela con el objetivo de crear un bloque económico que permitiera reducir los costos arancelares para facilitar el comercio y la sostenibilidad del mercado laboral entre países, considerados en aquel momento, como potencias emergentes. Así, surgió la defensa en bloque de los intereses mercantiles de América del Sur para sentar las bases de futuros negocios comerciales con potencias extranjeras como la Unión Europea y los Estados Unidos de América.
Foto: Johanna de Tessieres
Tras 33 años de complejas conversaciones entre la Unión europea y el Mercosur, la negociación de este tratado se vuelve a poner en la agenda política del parlamento europeo. Por eso decidimos entrevistar a Franchesca Monteverdi, la responsable de la promoción de la línea de ayuda mutua y fraternidad entre las partes negociantes.
Julian Escobar Ávila: ¿Para comenzar, quisiéramos saber qué ocurre actualmente con el acuerdo comercial entre los países socios del Mercosur y la Unión europea?
Franchesca Monteverdi: Ahora es un buen periodo para los dos bloques de retomar las conversaciones que fueron suspendidas durante el gobierno de Jair Bolsonaro. Podemos decir que después de dos años, con la elección de Lula Da Silva, la Unión Europea y los países del Mercosur que son dos uniones económicas, (por unión económica entendemos bloques donde los países tienen un mercado único y facilitan el intercambio comercial) están aprovechando este momento político, los bloques retomaron un acuerdo que es antiguo, que había sido suspendido por las negociaciones, que también tiene un componente político.
Lo que ha ocasionado problemas en estas negociaciones ha sido el componente de relaciones comerciales. El tratado de libre cambio, un tratado que facilita los intercambios comerciales que ya existen entre los dos mercados, pero que facilitara muchas cosas más, va a recortar todas las tarifas de aduana, va a recortar las tarifas de legalidad para algunas mercancías, lo que va a impactar muchos sectores de la economía europea y viceversa.
J.E.Á.: ¿Cómo está estructurado el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea?
F.M.: El acuerdo Unión Europea-Mercosur es un acuerdo de asociación que tiene tres capítulos diferentes. El primer capítulo es sobre la cooperación política; el segundo capítulo es la cooperación al desarrollo y un tercer capítulo, que es uno de los más complejos es el que está justo en negociación, que toca el tema de las mercancías, de bienes y servicios.
Este último capítulo es problemático, las negociaciones comenzaron en los años 2000 y llegan a una primera conclusión o compromiso político en el año 2019. Después de eso hubo un fuerte bloqueo por parte de Francia y de la sociedad civil que buscaron bloquear todo el acuerdo en su forma, debido al riesgo que había por el tema de la deforestación de la Amazonía.
Ahora el momento geopolítico ha cambiado porque Bolsonaro ya se fue del poder en Brasil, uno de los países más importantes en esta negociación. La Unión Europea tiene necesidades de empezar su transición energética, y tiene esa necesidad de tener acceso a materiales que están en el Mercosur, como el litio, por ejemplo, en Argentina; por eso las negociaciones en este clima de crisis energética se ha vuelto vital.
Por otro lado, las negociaciones se retomaron después de la elección de Lula, el actual presidente del Brasil. La Unión Europea llegó con una condición o letra al tratado ¿pero que es esta letra? Es una respuesta de la Comisión Europea, que responde a las demandas civiles sobre el tema del Green whact (veeduría verde-medioambiental), es decir, que se adjunta las cláusulas verdes a este tipo de acuerdos. Por ejemplo, el respeto al acuerdo de París (acuerdo por el medio ambiente), el respeto a las convenciones internacionales sobre el trabajo, pero todo esto no es vinculante.
Las partes, vieron estas letras como una iniciativa unilateral de la Unión Europea, quiere imponer condiciones al comercio a este tipo de productos. El tratado pone diferentes problemas de impacto porque el tratado de libre comercio se basa sobre la lógica colonial. Básicamente es llamado por el agro público como el “tratado de vacas por carros” porque en la realidad, el bloque de la Unión Europea quiere aprovechar esto para sus exportaciones de automóviles, de la industria farmacéutica, químicos biopesticidas y productos elaborados como quesos y jamón.
Mercosur va a exportar productos básicos de agricultura, soja, mucha soja, carne bovina y eso creará un gran impacto en la industrial del Mercosur que se la considera como una economía emergente, sobre todo en Argentina y Brasil. Entonces, con la llegada de esta letra adicional por parte de la Unión Europea se quiere crear un comercio de productos agrícolas entre Brasil y Argentina que busca no causar la explotación o trabajo esclavo.
J.E.Á: De acuerdo con este nuevo proceso de negociación comercial entre potencias emergentes en el sector agrícola, quisiéramos saber ¿quiénes son los sectores sociales implicados en el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea que se están viendo afectados o en su defecto beneficiados?
F.M.: Los principales afectados son las personas del sector agrícola de la Unión Europea. Pero no solo el sector agrícola de la UE sino el sector de agricultura familiar del Mercosur porque sus bienes agrícolas van a ser intercambiados y son principalmente destinados a un tipo de agricultura industrial: entonces la soja y la carne de vaca son productos que requieren mucho espacio para su producción y, por lo tanto, requieren espacio para la deforestación y la toma de tierras en los territorios donde se practica la agricultura familiar, sobre todo en el Brasil.
Hemos visto también con ese tipo de política de libre cambio, por ejemplo, el acuerdo entre Colombia, Ecuador y Perú que ya está en aplicación, hay un aumento de la violencia en contra de las familias campesinas y por lo tanto un aumento de acaparamiento de tierras, porque hay una verdadera expansión del comercio de este tipo de comercios. También un producto que se va a fomentar en el libre intercambio es el etanol de caña de azúcar, ya que este etanol es una sustancia necesaria para la transición de la industria química en la Unión Europea.
Por otro lado, la caña de azúcar es un tipo de agricultura que en Brasil se sustenta en trabajo esclavo. Hay un número grande de trabajadores rescatados, el año pasado fueron encontrados muchos trabajadores explotados laboralmente en la agricultura de la caña de azúcar.
Otro sector social impactado negativamente con este acuerdo son las familias indígenas tradicionales, que viven en los biomas amazónicos, la principal frontera agrícola en el Brasil y Argentina. Milei está abriendo parte importante de la naturaleza de su país para la explotación de petróleo y litio.
Entonces la naturaleza va a perder poblaciones locales, pero también la industria del Mercosur se verá afectada porque una apertura de mercados en la UE significa productos europeos que tienen mejor calidad y eso produce desindustrialización, afectando posiblemente al bloque del Mercosur que se verá impactado por esta competencia desigual entre mercados. Es un poco paradójico porque la política de comercio de la Unión Europea pretende exportar su modelo comercial.
Los ganadores, lo hemos dicho, serán la gran industria y la agroindustria brasileña que va a poder exportar a Europa productos baratos que no respetan las licitaciones europeas sobre el uso de agrotóxicos que no son permitidos en la UE.
La industria farmacéutica es la primera ganadora porque la cultura de la soja es una de las mayores industrias en utilizar pesticidas tóxicos producidos en la Unión Europea y que serán exportados al Mercosur con la ratificación de este tipo de acuerdo.
A nivel europeo los perjudicados son los pequeños agricultores, quienes están involucrados en la transición justa de agricultura. Esos tipos de agricultores van a tener que competir con los productos que vendrán del otro lado del atlántico. Muchos agricultores se movilizaron al principio del año para defender y denunciar esta incoherencia de pedir más legislaciones verdes donde se exige pagar y respetar las normas, pero al final esto beneficia el comercio de las multinacionales.
También los consumidores del Mercosur y Europa tendrán un serio problema relacionado con la cuestión de los pesticidas ya que esto acarrea un serio problema a nivel de salud.
J.E.Á: Hemos visto que muchos sectores de campesinos y agricultores europeos se han manifestado en contra de la firma de este acuerdo, lo que deja entender de que este acuerdo no sigue vigente, pero no es así.
Nos gustaría que nos comentara ¿cuál es el estado actual del acuerdo entre la UE y el Mercosur? es decir ¿cómo se están desarrollando las actuales negociaciones y cuáles serían los países de América del Sur que están interviniendo en estas negociaciones actuales?
F.M.: Con la elección de Milei como presidente de Argentina se generó un ambiente de incertidumbre en torno al acuerdo. Toda la sociedad civil pensó que se frenaría porque no hay actualmente un momento político para hacer una firma oficial, todavía las negociaciones continúan desde el punto de vista técnico.
Con la llegada de Milei todas las organizaciones europeas no pararon el interés de acceder a los materiales y minerales que hay en el Mercosur, entonces la Unión Europea aún sigue negociando este tipo de tratado, ahora con un líder que todos sabemos es antidemocrático y autoritario.
Esto es muy preocupante sobre todo para los sindicatos en Argentina. Todos los principales sindicatos de Argentina se pararon e hicieron muchas movilizaciones en Argentina y también se movilizaron en contra del tratado del Mercosur. Muchas organizaciones sociales enviaron una carta al gobierno precedente que ayudó a bloquear el tratado antes de Milei, pero ahora hay otra situación algo así como una reapertura con el gobierno de Milei, pues es capital extranjero para su país por eso Milei abandonó todo lo que se había acordado en Argentina con el gobierno pasado.
También hubo elecciones a nivel europeo, entonces la comisión no está formada, no hay un representante político que pueda formar el acuerdo a nivel europeo. También hay tensiones en el Mercosur en particular entre Argentina y Brasil, entre Lula y Milei (tensiones diplomáticas) pues Milei decidido ir a reunirse con Bolsonaro en una conferencia en el Brasil en una reunión conservadora y no ir a encontrarse con el resto de lideres miembros del Mercosur.
Entonces esta decisión es una muestra de la línea política que está tomando ahora el presidente Milei. En Argentina como sabemos, actualmente el 70% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza; entonces con estos recortes radicales que ha hecho Milei en torno a los servicios sociales, la reforma laboral y una apertura completa a la industria extranjera, las organizaciones internacionales como el Banco Mundial están proyectando a una recesión en la economía argentina lo que podrá perjudicar los intereses comerciales de ambas partes.
En la UE después de las elecciones parlamentarias los partidos socialistas y los partidos verdes y también los partidos conservadores, han sido muy duros contra el resurgimiento de la extrema derecha. Entonces es paradójico que, mientras aquí en Europa están tratando de luchar contra el avance autoritario de la extrema derecha, al mismo tiempo están negociando un acuerdo con un poder de extrema derecha en Argentina quien tiene vínculos con otros lideres de extrema derecha peligrosos como son Bolsonaro quien bloqueo las mismas negociaciones en el 2019…