Miles de jóvenes kenianos han vuelto a salir a las calles este martes para manifestarse contra el gobierno, a pesar de que el presidente William Ruto retiró la polémica ley que aumentaba los impuestos.
La situación se ha intensificado con la intervención de la policía, dejando un saldo trágico de 39 muertos y 361 heridos desde que comenzaron las protestas el 18 de junio.
La violencia se ha extendido a varias ciudades, incluyendo el puerto de Mombasa, donde cientos de personas también exigen la dimisión de Ruto debido a la corrupción y la falta de reformas en el gabinete.
Las movilizaciones, impulsadas principalmente por la ‘generación Z’ a través de las redes sociales, no cuentan con líderes oficiales. Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, han bloqueado carreteras y lanzado piedras contra la policía en un intento de mostrar su descontento.
La respuesta de las fuerzas de seguridad ha sido contundente, utilizando gases lacrimógenos, balas de goma e incluso munición real. La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia ha calificado la intervención policial como «excesiva y desproporcionada», criticando tanto a las fuerzas de seguridad como a los manifestantes por la violencia y las pérdidas materiales provocadas.
El descontento se ha visto reflejado en el cierre masivo de tiendas y la disminución del tránsito en Nairobi por el temor a nuevos disturbios.
El Supremo de Kenia ha autorizado el despliegue del ejército para controlar las protestas, especialmente después de que decenas de personas irrumpieran en el Parlamento y prendieran fuego al edificio.
Edwin Sifuna, secretario general del opositor Movimiento Democrático Naranja, ha instado al gobierno a reflexionar sobre su papel en la actual crisis, describiendo los eventos del 25 de junio como una «moción de censura» contra el régimen de Ruto.
La situación en Kenia es compleja y se ve exacerbada por las profundas desigualdades económicas. A pesar de ser una de las economías de más rápido crecimiento en África, uno de cada tres kenianos vive con menos de dos dólares al día.