En una histórica decisión, el Congreso de Colombia aprobó la prohibición de las corridas de toros, rejoneo, novilladas, becerradas y tientas en todo el territorio nacional.
La ley, que solo espera la sanción presidencial para convertirse en realidad, transforma a Colombia en el último país en sumarse a la lista de naciones que han abolido esta práctica.
La iniciativa, liderada por la senadora del Pacto Histórico, Esmeralda Hernández, y respaldada por 45 congresistas, busca erradicar la crueldad hacia los animales que representan las corridas de toros.
El proyecto de ley también contempla una transición para las plazas de toros, que se transformarán en centros culturales y de arte en un plazo de tres años, beneficiando tanto a la comunidad como a la economía local.
A pesar de los debates y oposiciones que enfrentó, especialmente por parte de la comunidad taurina y defensores de esta tradición, la aprobación del proyecto refleja un cambio significativo en la percepción social hacia el bienestar animal.
Eduardo Peña de Colombia Sin Toreo y otros activistas consideran que esta ley representa un avance moral y ético para la nación.
El siguiente paso crucial es la conciliación del texto legislativo, que, de ser aprobado por las plenarias de la Cámara y el Senado, será sancionado por el presidente para convertirse en ley.
Colombia dará un firme paso hacia la protección de los animales y la promoción de una cultura de paz y respeto.